Eduardo Galeano
miércoles, 21 de septiembre de 2011
sábado, 3 de septiembre de 2011
Después del Éxtasi
Drugs Are the Religion of the People — The Only Hope is Dope. Timothy Leary, The Politics of Ecstasy
Éxtasi, del griego antiguo "ek-stasis", el éxtasis puede ser descrito como: más allá de uno mismo. Fuera de los sentidos y más allá de la experiencia donde se pieder el ego. Algo que requiere de cultivo, un estado complejo de ser, simplemente se requiere el reconocimiento y la capacidad de sintonizar con uno mismo en la forma de un ritmo o pulso de toda la vida.
La cultura gay occidental contemporánea tiene a la cultura pop como base genealógica para significarse. Una forma de alienación prefabricada que forma parte del aparato ideológico de dominación como lo son las telenovelas y la música pop. Música ligera, producto del mercado, elaborado para las masas, superficial, ultra-sofisticado e informal.
La música es un rasgo de identidad y es inseparable de la aparición de lo que Althusser denominaba “los aparatos ideológicos del estado”. Desde las estructuras económicas y culturales del sistema hegemónico, el pop posee la capacidad de alienar, representando un mundo feliz y de consumo, la cultura popular.
La música pop representa la meta-idea del mercado, meta relato profético que busca cumplir una utopía en función de la superestructura[i].
Éxtasi es la máxima significación el estatus del pop contemporáneo y tal vez el estadio mental de toda una generación. La enajenación como como una forma patológica de adaptación a la realidad tiene una paradoja: no deja ver, ya que los modos de ver personales se ajustan a modos de ver dominantes, la mass media, televisa, y la novela mexicana. Arma de control y dispositivo de valores morales así como de un pensamiento mágico-religioso en la cuestión de clases.
Sujetos a un orden, a una maquina disuasiva, monopolio de la representación visual. Para Guy Debord, Sociedad del Espectaculo: “estamos en el momento histórico en el cual la mercancía completa su colonización de la vida social”. Debord argumenta que la historia de la vida social se puede entender como “la declinación de ser en tener, y de tener en simplemente parecer”. La vida social auténtica se ha substituido por su imagen representa: el espectáculo; la imagen invertida. “El espectáculo es una relación social entre la gente que es mediada por imágenes”. Debord. Viaje sensorial y fetichista en donde por asombro o por falta de juicio se sale de si, se escapa a lo mediático.
Tal vez estamos en su pico, en el límite de lo absurdo, en la nausea. Después de la subida deviene la ruptura, un declive, una crisis que exigirá al capitalismo reinventarse, especular, conspirar una formula o una guerra para no morir excitados e infelices.
Debord traza el desarrollo de una sociedad moderna en la que “Todo lo que una vez fue vivido directamente se ha convertido en una mera representación”. Somos la “happy face”, la cara-imagen de Estados Unidos, America = el capitalismo avanzado y lleno de azúcar.
Creepy
[i] Jacques Attali, economista y antiguo asesor del Gobierno Mitterrand, el mérito de haber desarrollado una teoría política y económica sobre la música. Su obra Ruidos; ensayo sobre la economía política de la música constituye una referencia teórica de gran magnitud, cuyo principal valor es el haber concebido una teoría del ruido (bruit, noise) señalando la condición utópica de la música como sensor que detecta futuras formas de sociedad que todavía no son. Esto viene a decirnos que la economía política de la música es premonitoria.
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